Para apoyar la decisión del secretario Robert F. Kennedy Jr. de cambiar la política nacional sobre las vacunas contra covid-19, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) envió a los legisladores un documento que cita estudios científicos inéditos o controversiales, y tergiversa otros.
Un experto en salud calificó el documento de “desinformación médica deliberada” sobre la seguridad de las vacunas contra covid para niños y embarazadas.
“Es tan descabellado que me parece insultante para nuestros congresistas que les den algo así. Ellos confían en que estas agencias les proporcionen información válida, y simplemente no la tienen”, expresó Mark Turrentine, profesor de Obstetricia y Ginecología en el Baylor College of Medicine.
Kennedy, quien fue un activista antivacunas antes de asumir el cargo en la administración Trump, anunció el 27 de mayo que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ya no recomendarían las vacunas contra covid para mujeres embarazadas ni niños sanos, eludiendo así el proceso formal de la agencia para ajustar sus calendarios de vacunación para adultos y niños.
El anuncio, posteado en la red social X, ha generado indignación entre muchos pediatras y científicos.
El documento del HHS —que buscaba respaldar la decisión de Kennedy y que obtuvo KFF Health News— se envió a congresistas que cuestionaron la base científica y el proceso detrás de su decisión, según un funcionario federal que pidió no ser identificado por no tener permiso para hablar del tema públicamente.
Aunque el documento no se publicó en el sitio web del HHS, es la primera explicación detallada que ofrece la agencia sobre el anuncio de Kennedy.
Titulado “Preguntas frecuentes sobre las recomendaciones para covid-19”, el documento distorsiona algunos estudios legítimos y cita otros que son controversiales y no se han publicado, según aseguran expertos médicos.
Andrew Dixon, director de comunicaciones del HHS, dijo a KFF Health News: “Este documento no distorsiona los estudios. Los datos subyacentes hablan por sí solos y plantean preocupaciones legítimas de seguridad. El HHS no ignorará esa evidencia ni la minimizará. Seguiremos los datos y la ciencia”.
El HHS no respondió al pedido de identificar al autor del documento.
Uno de los estudios citados en el documento del HHS está siendo investigado por su editor debido a “posibles problemas con la metodología y las conclusiones de la investigación, así como conflictos de intereses de los autores”, según un enlace en la página web del estudio.
“Esta es la estrategia de RFK Jr.”, declaró Sean O’Leary, presidente del Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia Americana de Pediatría y profesor adjunto de Pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado. “O bien seleccionar lo que más le convenga de la buena Ciencia, o bien usar ciencia basura para respaldar su premisa: ha sido su estrategia durante 20 años”.
Otro estudio citado en el documento es una preimpresión que no ha sido revisada por otros científicos.
La bajada del título de este estudio advierte que “informa sobre nuevas investigaciones médicas que aún no se han evaluado y, por lo tanto, no deben utilizarse para orientar la práctica clínica”.
Aunque la preimpresión se publicó hace un año, todavía no ha aparecido en una revista científica con artículos revisados por colegas.
Las preguntas frecuentes que respaldan la decisión de Kennedy afirman que los “estudios luego de la comercialización” de las vacunas contra covid han identificado efectos adversos graves, como un mayor riesgo de miocarditis y pericarditis, afecciones en las que el músculo cardíaco o su membrana, el pericardio, sufren inflamación.
En redes sociales circularon afirmaciones falsas de que la preimpresión de 2024 mostraba miocarditis y pericarditis solo en personas vacunadas contra covid, y no en personas infectadas. Uno de los coautores del estudio rechazó públicamente esta idea, ya que el estudio no comparó los resultados entre las personas vacunadas y las infectadas. Además, este estudio se centró únicamente en niños y adolescentes.
El documento del HHS omitió numerosos estudios revisados por pares que han demostrado que el riesgo de miocarditis y pericarditis es mayor después de contraer covid, tanto para las personas vacunadas como para las no vacunadas, que el riesgo de las mismas complicaciones después de haberse solamente vacunado.
O’Leary afirmó que, si bien se reportaron algunos casos de miocarditis en adolescentes y hombres jóvenes vacunados al comienzo de la pandemia, las tasas disminuyeron después que las dos dosis iniciales de las vacunas contra covid se administraran de manera más espaciada.
Ahora, los adolescentes y adultos que no se han vacunado previamente reciben solo una dosis, y la miocarditis ya no aparece en los datos, afirmó O’Leary, refiriéndose al Vaccine Safety Datalink de los CDC. “En este momento, no hay un aumento del riesgo que podamos identificar”, afirmó.
En dos partes, el memorando del HHS hace afirmaciones que son refutadas activamente por los documentos que cita para respaldarlas. Ambos documentos respaldan la seguridad y eficacia de las vacunas contra covid para mujeres embarazadas.
El documento del HHS indica que otro texto que cita encontró “un aumento en la coagulación sanguínea placentaria en madres embarazadas que recibieron la vacuna”. Sin embargo, el documento no contiene ninguna referencia a coágulos sanguíneos placentarios ni a mujeres embarazadas.
“Lo he leído tres veces. Y no lo encuentro en ninguna parte”, dijo Turrentine, profesor de Obstetricia y Ginecología.
Si tuviera que calificar el documento del HHS, “le ponría una F”, dijo Turrentine. “Esto no está respaldado por nada y no utiliza evidencia médica”.
Si bien los miembros del Congreso que son médicos deberían poder verificar las referencias del documento, es posible que no se tomen el tiempo para hacerlo, dijo Neil Silverman, profesor de Obstetricia y Ginecología Clínica que dirige el Programa de Enfermedades Infecciosas en el Embarazo en la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA.
“Van a asumir que esto proviene de una agencia científica. Así que los están engañando, al igual que a todos los demás que tuvieron acceso a este documento”, agregó Silverman.
Las oficinas de tres republicanos en el Congreso que son médicos y prestan servicios en comités de salud de la Cámara de Representantes y el Senado, incluido el senador Bill Cassidy (republicano de Louisiana), no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre si habían recibido el memorando.
Emily Druckman, directora de comunicaciones de la representante Kim Schrier (demócrata de Washington), médica del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, confirmó que la oficina de Schrier sí recibió una copia.
“El problema es que muchos legisladores, e incluso sus empleados, no tienen la experiencia necesaria para analizar esas referencias”, dijo O’Leary. “Pero esta… francamente, he visto propaganda antivacunas mucho mejor que esta”.
C.J. Young, subdirector de comunicaciones del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, confirmó que el personal demócrata del comité recibió el documento del HHS. Antes, documentos similares habrían ayudado a aclarar la justificación y el alcance de un cambio de política gubernamental, y se podría asumir que son científicamente precisos, expresó Young.
“Esto parece ser innovador. No creo que hayamos visto este nivel de descuido, falta de atención al detalle ni consideración del mérito científico durante la primera administración Trump”, agregó.
El 4 de junio, el representante Frank Pallone (demócrata de Nueva Jersey) y Schrier presentaron un proyecto de ley que exigiría a Kennedy adoptar las decisiones oficiales sobre vacunas del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP).
Young explicó que la motivación detrás del proyecto de ley fue la decisión de Kennedy de cambiar el calendario de vacunación contra covid sin la participación de los expertos en vacunas del ACIP, los que cumplen un papel clave en la definición de las políticas de los CDC sobre calendarios de vacunación y acceso.
Kennedy anunció el 9 de junio en X que destituiría a los 17 miembros del ACIP, alegando presuntos conflictos de intereses que no detalló, y que los reemplazaría. El 11 de junio anunció ocho de esos reemplazos, incluyendo a personas que habían criticado los mandatos de vacunación durante la pandemia de covid.
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