Preocupados por la inflación, los estadounidenses han estado atentos a precios de productos cotidianos como los huevos y la gasolina. Pero un gasto menos conocido debería causar más alarma: el aumento de las primas de los seguros médicos. Llevan años subiendo, y ahora lo están haciendo a un ritmo sin precedentes.
Hay que considerar que, entre 2000 y 2020, el precio de los huevos fluctuó entre poco menos de $1 y aproximadamente $3 la docena; alcanzó los $6,23 en marzo, pero luego bajó a $3,78 en junio.
El precio promedio de la gasolina, tras oscilar entre $2 y $4 el galón durante más de una década a partir de 2005, alcanzó un máximo de $4,93 en 2022 y recientemente volvió a bajar a poco más de $3.
Mientras tanto, desde 1999, las primas de los seguros médicos para las personas con cobertura médica a través del empleador se han más que cuadruplicado. Solo entre 2023 y 2024, aumentaron más del 6% tanto para la cobertura individual como familiar, un alza más pronunciada que la de los salarios y la inflación general.
Para muchas personas que tienen planes médicos creados por la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA) —porque trabajan para pequeñas empresas o pagan su propia cobertura— es probable que las tarifas hayan aumentado de forma aún más drástica. En este mercado, los reguladores estatales examinan minuciosamente los aumentos de tarifas propuestos por las aseguradoras, pero solo si superan el 15%.
Y la situación está a punto de empeorar: para 2026, las aseguradoras en los mercados de ACA han propuesto nuevos precios exorbitantes: en Nueva York, UnitedHealthcare propuso un aumento del 66,4%. HMO Colorado solicitó un aumento promedio de más del 33% en ese estado. En Washington, el aumento promedio propuesto por todas las aseguradoras es del 21,2%, y en Rhode Island es del 23,7%.
Según Business Group on Health, un consorcio de grandes empleadores, “los costos reales de la atención médica han aumentado un 50% acumulado desde 2017”. En una encuesta independiente publicada en 2021, el 87% de las empresas afirmó que, en los próximos cinco a 10 años, el costo de proporcionar seguro médico a sus trabajadores se volvería “insostenible”.
Y las aseguradoras del mercado de ACA están aumentando las primas un promedio del 20% para el próximo año, según un nuevo análisis. Imaginemos que los pagos de alquiler o hipoteca de decenas de millones de estadounidenses aumentaran repentinamente en esa cantidad.
En teoría, los que regulan los seguros podrían exigir que se redujeran las tarifas propuestas, y esto sucede a menudo. Sin embargo, algunos estados son más activos que otros en este sentido. Y todos temen que una interferencia regulatoria excesiva pueda expulsar a las aseguradoras de sus mercados.
Las aseguradoras ofrecen muchas explicaciones para sus cálculos, algunas de las cuales están relacionadas con las recientes medidas del Congreso y del presidente Donald Trump.
Por ejemplo, se espera que los nuevos aranceles a los socios comerciales de Estados Unidos aumenten el costo de los medicamentos y los suministros médicos. Mientras tanto, las reducciones en el gasto en salud incluidas en el proyecto de ley de presupuesto del Partido Republicano, junto con la expiración de algunos subsidios a las primas de la era Biden a finales de este año, provocarán que muchas personas pierdan su seguro médico.
Se prevé que cerca de 16 millones de estadounidenses se quedarán sin seguro en 2034, en muchos casos porque mantenerlo se volverá inasequible.
Dado que es probable que la mayoría de estas personas sean jóvenes o sanas, el grupo de riesgo de quienes permanezcan asegurados será mayor y más enfermo, y por lo tanto, más costoso de cubrir.
“En última instancia, creemos que el mercado de ACA probablemente será más pequeño y estará más orientado a la necesidad del paciente el próximo año”, escribió Janey Kiryluik, vicepresidenta de comunicaciones corporativas de Elevance Health (anteriormente conocida como Anthem), en un correo electrónico. Agregó: “Nuestra postura refleja una acción disciplinada temprana”.
Recuerda que la mayoría de las aseguradoras en el país son empresas públicas con fines de lucro; por lo tanto, tienden a actuar en beneficio de sus accionistas, no de los pacientes cuya atención médica cubren.
Las grandes empresas que gestionan sus propios planes de salud podrían negociar mejores condiciones para sus trabajadores. Pero las empresas más pequeñas, en su mayoría, tendrán que aceptar las ofertas.
Las primas no son el único aspecto del seguro médico que se está volviendo más caro. Los deducibles (el dinero que los beneficiarios deben pagar de su bolsillo antes que el seguro entre en vigencia) también están aumentando. El deducible promedio para un plan plata estándar de ACA en 2025 era de casi $5.000, aproximadamente el doble que en 2014. (Para quienes tienen seguro médico a través de su empleador, el promedio es de poco menos de $2.000).
Algunos estados intentan frenar la tendencia ofreciendo una “opción pública” estatal, un plan de seguro básico y asequible que los pacientes pueden elegir. Sin embargo, han tenido dificultades porque una tasa de pago más baja para los trabajadores generalmente significa menos proveedores participantes y un acceso reducido a la atención médica.
Si los votantes prestaran tanta atención al precio del seguro médico como al costo de la gasolina y los huevos, tal vez los funcionarios electos responderían con más medidas.
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